Los resultados nacionales marcan un triunfo de la opción Rechazo. En Arica y Parinacota ganó con un 66,81% versus un 33,19% para el Apruebo. El Gobierno asume una derrota pero haciendo un llamado a la “unidad nacional”, sectores políticos de la derecha celebran. En una primera lectura vemos que en parte el descontento ante demandas no resueltas en la región se expresó en el voto del Rechazo, que fue atraído por ideas de la derecha demagógica “antidelincuencia”, quienes ofrecen soluciones de mayor represión y discursos antiimigrantes que calan también en sectores populares.
Los partidos políticos de la derecha y ultraderecha se atribuyen que toda esa votación es ganada de ellos, así pudimos ver en el discurso de Kast. Pero, si bien habrá que analizar durante estos días más precisamente qué significa el voto, los números concretos muestran que entre ambas opciones no había acuerdo con la propuesta de Nueva Constitución. Sabemos que una parte de los votos son de la misma derecha con sus campañas de defensa al pinochetismo, pero también, de lo que sí tenemos certezas, es que para un sector este voto fue de desilusión y castigo al gobierno y al camino que tuvo armar la “Carta Magna”.
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Dentro de dos años y medio, el proceso constituyente desvío las fuerza de la población que luchaba a la desmovilización y llevándola a la institucionalidad como salida para la resolución de esas demandas, donde prometían hacer parte a la gente, pero que durante el proceso demostró lo que fue desde un inicio: un espacio donde pesaron los acuerdos entre las cuatro paredes con los partidos políticos del Frente Amplio, Comunista, Socialista, los convencionales de la derecha frente a demandas sentidas e inmediatas de la clase trabajadora y los sectores populares para moderarlas, pero manteniendo los pilares neoliberales como por ejemplo las AFP o el saqueo a los recursos naturales.
Para pensar en profundidad esto, es necesario remontarse al 15N, donde la derecha tuvo la oportunidad de volver a salir a flote, luego de la rebelión popular que cuestionó los pilares de la constitución pinochetista. Fue a través del acuerdo por la paz donde lograron salvar al gobierno de Piñera y a todo el régimen, desde ese momento la derecha logró reoxigenarse, la aprobación de leyes represivas fueron parte de este desvío que buscaba separar a sectores de masas con métodos como la persecución policial y la prisión política. Gabriel Boric no sólo fue parte de la aprobación de estas leyes, sino que desde la llegada a la presidencia ha implementado toda una política represiva contra el pueblo mapuche y la militarización del Wallmapu y las fronteras.
La Convención Constitucional fue clave para desarticular las fuerzas expresadas en la rebelión. A esto hay que agregar que el 11 de agosto pactaron con la ex concertación una serie de puntos para moderar la ya moderada nueva constitución si es que se lograba su aprobación, donde mantuvieron aspectos claves de la constitución pinochetista. Para el día lunes el gobierno llamó a una reunión con todos los partidos para preparar una nueva cocina, que es un nuevo gesto para la derecha. Esta política del gobierno ha sido fundamental para fortalecer el sentido común que ha buscado instalar la derecha a través de sus discursos reaccionarios y xenófobos. No se puede construir ninguna alternativa adaptándose a ese sentido común y en esta votación quedó demostrado.
El Partido Liberal, que hoy dirige el Municipio de la ciudad, fue parte de esta cocina con el diputado Vlado Mirosevic a la cabeza, quien ha tenido una línea política de “acuerdos amplios” que en el fondo se traducen en negociar con los sectores empresariales. Incluso su aterrizaje en el comando del apruebo fue una señal de “moderación”.
La política del Partido Liberal no solo se ha quedado en acuerdos por arriba y cocinas parlamentarias, ya que aunque se disfrazan de “amigos del pueblo” son parte de quienes desviaron la fuerza expresada en las calles durante la rebelión popular hacia una vía institucional, además han votado leyes represivas y en contra de los trabajadores como lo fue la Ley anti barricada, Ley de Protección del Empleo, negándose además al quinto retiro. El diputado vocifera constantemente hablando de delincuencia mientras niegan demandas básicas en favor de la población y que finalmente terminan profundizando la desigualdad.
El Alcalde Gerardo Espindola junto a los diputados Vlado Mirosevic y Luis Malla del PL han cumplido un rol activo en las políticas represivas que se vienen aplicando en la región. Donde han apoyado el Estado de Excepción en la frontera, exigiendo mayor dotación policial y mayores recursos para las fuerzas armadas. Utilizando la crisis migratoria y la criminalización de los sectores más pobres como excusa para fortalecer el aparato represivo bajo discursos de orden y seguridad.
Respaldando el plan de inversión del Gobierno de más de 5.700 millones para reforzar la labor policial y la seguridad en la frontera norte. Mientras los trabajadores y sectores populares de la ciudad son golpeados por la crisis económica, el trabajo informal en la región crece y los sueldos no alcanzan para llegar a fin de mes. Salud, educación, vivienda son demandas que la región ha reclamado por años y eso no está al centro de las autoridades, porque de fondo no buscan resolver los problemas que afectan a las y los trabajadores y sectores populares. De esta forma no solo le abrieron espacio a la derecha, si no que tomaron su agenda y cedieron a sus reclamos.
Frente a una nueva cocina que busca llevar adelante el Gobierno de Apruebo Dignidad, convocando a un comité político hoy para un nuevo proceso de cambio constitucional, con una derecha que se restó y que con los resultados se muestra envalentonada. Es que se hace urgente la necesidad de la unidad de acción de las y los trabajadores, estudiantes y sectores populares para enfrentar en nuestros trabajos y lugares de estudio y en las calles, los ataques venideros y la ofensiva de la derecha.
Hay que superar la estrategia institucionalista que han planteado desde el Gobierno y los partidos políticos que lo apoyan, de la que terminan co-gobernando y abriéndole el camino a la derecha que se ha traducido en derrotas. En nuestra región particularmente, oponerse a esas políticas que a la derecha le sirven como el estado de excepción, seguir financiando a carabineros y contra todo discurso criminalizador con el pueblo migrante. Luchando por demandas sentidas, las cuales no han sido resultas, como vivienda, salud, educación y por una salida real a la situación migratoria a través de planes de acogida. Para que la crisis económica y social no la sigamos pagando el pueblo trabajador sino los empresarios.
El llamado es a reagruparnos e impulsar un debate amplio con todos aquellos sectores a la izquierda de Apruebo Dignidad que hoy ven sus ilusiones resquebrajadas y que podamos sacar un balance de conjunto que nos empuje a poner nuestras fuerzas en una alternativa anticapitalista y revolucionaria de las y los trabajadores con organización y movilización. Ya vimos que depositando nuestras fuerzas en la institucionalidad de la democracia burguesa quedamos atados a la voluntad de los partidos del régimen. Vamos por esa alternativa contra toda ilusión reformista sabiendo que no podemos arrodillarnos ante el hecho consumado si no que debemos enfrentar el por venir.