A partir de una entrevista realizada al dirigente Jorge Rivera, nos da cuenta de una serie de despidos enfrentan docentes del Colegio Juan Pablo II. Los docentes cuentan con el apoyo de los estudiantes, y pretenden seguir dando la pelea por acabar con este tipo de injusticias dentro del establecimiento.
Desde el 26 de noviembre se vienen llevando adelante una serie de despidos en el colegio Juan Pablo II. En total son 9 los profesores despedidos, y 8 de ellos son integrantes del sindicato. Si bien desde la directiva del colegio plantean que son distintas las causas de los despidos, el objetivo sigue siendo uno, el golpear al sindicato recién formado, en un 2019 que puso al centro la lucha por un cambio estructural en la educación, cambiando la condición de los trabajadores de la educación, y el carácter de mercado que la ha convertido en un bien de consumo. La gran movilización docente, y el estallido social de los últimos dos meses, son expresiones de las profundas contradicciones que aún se perpetúan en todo ámbito de la vida.
Buscan golpear la organización de los trabajadres
Los primeros en ser notificados de sus despidos, fueron los docentes y asistentes de la educación que conformaban la directiva del sindicato (Daniela Cadima, Henry Vásquez, y Jorge Rivera). Los directivos aluden a una restructuración de la empresa, es decir, en los hechos fueron despidos inmediatos, ofreciendo el pago de indemnizaciones, todo esto con el objetivo de que los dirigentes no asistieran más al establecimiento.
Entre los despedidos se encuentran docentes con contrato indefinido, como también contrato fijo. Pero no es la única sanción que se viene planteando para quienes quisieron poner en pie un sindicato que defendiera sus derechos laborales, o que han solidarizado con la toma de estudiantes del colegio, sino que además de los despidos, enfrentan fuertes rebajas en sus horas de trabajo, lo que indirectamente los obliga a buscar trabajo en otros lugares y no quedar con sueldos miserables.
El colegio da como respuesta a los trabajadores, la implementación de las reformas curriculares del Ministerio de Educación, que traerán consigo un cambio en las horas de algunas asignaturas, y que ya se ha venido planteando en diversos establecimientos dentro de la ciudad.
Si bien en varias reuniones con los docentes, antes del estallido social, en donde se reunieron con la Unidad Técnico Pedagogía (UTP) y los directivos, estos afirmaron que no habrían despidos ni rebaja de horas, terminaron rompiendo todo su compromiso, golpeando no solo a los docentes despedidos y con rebaja de horas, sino a todas sus familias. Los cambios profundos que necesita la educación, no solo son en términos pedagógicos, que para el Ministerio sigue siendo una valla que no logran saltar, sin que el respeto por el trabajo en la educación se traduzca en el fin a la inestabilidad laboral, a las condiciones precarias con las cuales cuentan los docentes a la hora de realizar sus clases, con sueldos bajos, etc. Al mismo tiempo el trabajo en co docencia, con lo cual el colegio se salía a reivindicar bastante, tendrá que modificarse drásticamente.
Para los docentes, los despidos están íntimamente relacionados con el apoyo a las movilizaciones en el país, a la toma de estudiantes, a la visión política que estos pueden tener frente al escenario que se vive.
En una entrevista que realizamos al dirigente Jorge Rivera, nos comenta que “nos hemos reunido con la asamblea sindical para ver cuáles son los pasos para proceder, la mayoría está clara que quiere continuar esta disputa, porque todos encuentran injusta la medida de los despidos”.
La lucha por la reintegración de los profesores a sus puestos de trabajo, es una importante pelea por poner al centro, que si Chile cambio, los lugares de estudio y trabajo también tienen que cambiar. Ya no se puede pasar por encima de los trabajadores, y si bien estas fiestas dan la impresión de que todo volvió a la normalidad, ya nada volverá a ser como antes.
Los estudiantes del liceo vienen mostrando todo su apoyo a través de las redes sociales, es importante que a esta lucha se sumen también los apoderados del establecimientos, y todos quienes conformen la comunidad educativa, y quieran ponerle fin al autoritarismo que se viven.
Hay que seguir el ejemplo de miles que han luchado contra los despidos a los docentes a nivel nacional, y que se pueden ver en esta sección, donde los docentes en Antofagasta muestran el camino a seguir.
Desde el colegio de profesores se han hecho presentes para ver la situación en la que se encuentras los docentes, pero es necesario que los dirigentes del CdeP busquen desarrollar una amplia solidaridad, no solo junto a profesores, sino que se transforme en una gran campaña levantada por estudiantes, apoderados, trabajadores de otros rubros, que busque ponerle fin a los despidos y amedrentamientos que se viven en la ciudad, tal como se muestra que han hecho en ciudades como Antofagasta, o Santiago. Es posible ganar esta importante batalla contra el autoritarismo de los directivos.
Al mismo tiempo, el “fin” del DAEM, y los nuevos servicios locales de educación, seguirán trayendo consecuencias tanto para los docentes como también sus alumnos.