Iniciativa aprobada por el senado contempla que "la rebaja a la dieta parlamentaria" sea determinada por el Consejo de Alta Dirección Pública. Frente amplio se la juega para rechazarla en la cámara y forzar una negociación con la "cocina" en una comisión mixta.
En medio de las consecuencias económicas que se comienzan a sentir en la vida de toda la población trabajadora producto de la pandemia del covid-19, mientras los empresarios se reparten millonarias ganancias, como lo hizo el directorio de Cencosud, o los accionistas de Lan, y la millonaria repartija entre ejecutivos de la ENAP, mientras suspenden o despiden a miles de trabajadores, el congreso discute dar una muestra de piadosa austeridad abriendo la posibilidad de rebajar sus millonarios sueldos.
Una medida de lavado de imagen bastante hipócrita en una situación dramática para miles de familias que no logran llegar a fin de mes con empresas que siguen cobrando las cuentas incluso por los servicios más básicos y elementales, que además viene con una "letra chica".
Esta "letra chica" consiste en la aprobación de parte del senado de una indicación que no fija el monto exacto de la rebaja de la dieta parlamentaria y entrega dicha resolución a un organismo "independiente" que sería el "consejo de alta administración pública" organismo designado por cuoteo político por la Concertación y la derecha, sin ser elegidos por nadie.
Es que los funcionarios de la "cocina" parlamentaria que le ha aprobado sistemáticamente las distintas iniciativas al gobierno que van en desmedro del pueblo trabajador, aún de antes de la pandemia, ni si quiera mostraron algo de "pudor" aún cuando con cada uno de sus millonarios sueldos podrían pagarse 33 sueldos mínimos.
Pequeña política en base a maniobras parlamentarias
El Frente Amplio apuesta por botar dicha indicación aprobada en el Senado en la Cámara de Diputados para que así el proyecto pase a Comisión Mixta y forzar a los miembros de la cocina parlamentaria a negociar una rebaja que a ojos de la ciudadanía sea más digna. Por este camino puede que el proyecto termine de entramparse y no rebajandose nada o aprobando una rebaja simbólica que en nada alterará la composición aristocrática y pro empresarial del parlamento. Sin duda una batalla simbólica parece satisfacer a los miembros del Frente Amplio y dejar sus conciencias tranquilas. De todas maneras, y si solo vamos por ese camino, la unidad nacional entre la derecha y la concertación terminará por imponerse.
En estos momentos de crisis ha quedado en evidencia una vez más como este congreso compuesto por parlamentarios con sueldos de gerentes legisla en favor de los intereses empresariales que los han colocado en dichos cargos con jugosas donaciones y respaldo material para que defiendan los intereses de la clase dominante.
Por eso urge no solo enfrentar todas las medidas de precarización del empleo con la que los capitalistas buscan descargar los costos de la pandemia sobre los trabajadores , sino también para que "lo representantes del pueblo" obtengan remuneraciones iguales a las de un trabajador y que los recursos sobrantes se utilicen para combatir la pandemia y la catástrofe económica y no para garantizar una vida de comodidades a los mercenarios de los dueños de este país.
Pero esta perspectiva no puede conquistarse con maniobras parlamentarias, cada día queda más claro, tal como se demostró durante la revuelta, que lo único utópico es seguir confiando en esa cocina corrupta, de aquellos que creen que negociando con los partidos políticos de los empresarios se pueden conseguir "beneficios" para el conjunto del pueblo trabajador.