Durante esta semana una nueva nube toxica afecto a la zona dejando a más de 20 estudiantes de la localidad de Ventanas intoxicados. Llegaron al CESFAM de la comuna de Puchuncaví con fuertes síntomas de mareos, vómitos y dolor de cabeza, según lo informado, esta situación se viene repitiendo durante las últimas semanas.
Los jóvenes que se encontraban en clases, debieron ser trasladados al CESFAM de la comuna generando su colapso a raíz de la gran cantidad de estudiantes con síntomas.
Según informa una docente del establecimiento, los dispensadores que purifican el aire no tienen la mantención necesaria lo que hace que algunos fallen o dejen de funcionar, sumándole que otros han sido robados. La docente agrega que, por protocolo COVID, deben tener corrientes de aire, pero bajo las condiciones contaminantes deben mantener las ventanas cerradas, por lo que existe una contradicción de la que nadie se hace cargo.
La zona de Puchuncaví es parte de la costa norte de Valparaíso, donde conviven cerca de 15 empresas de energía, química y combustible. Las y los habitantes de la zona han denunciado, en distintos momentos, diversos episodios de contaminación: grandes derrames de hidrocarburos en el mar, más de 300 vertimientos de carbón en la playa y más de 10 intoxicaciones masivas de personas, principalmente niños.
Tal ha sido el impacto de la contaminación que en el año 2011 en la localidad de La Greda tuvieron que reubicar la escuela, tras detectarse la presencia de metales pesados en sus estudiantes.
Uno de los últimos episodios ocurrió el año 2018 cuando ocurrieron las intoxicaciones masivas en Quintero y Puchuncaví con más de 2.000 personas intoxicadas.
¿Cambiará algo con el nuevo gobierno encabezado por Gabriel Boric?
A la semana de haber asumido la presidencia Boric firmó el llamado acuerdo de Escazú que tiene como finalidad mejorar el acceso a la información, a la justicia y la participación pública en materia ambiental y de brindar protección a los defensores ambientales en varios países de Latinoamérica y en el Caribe, todo bajo la primicia del “desarrollo sustentable”.
Tal acuerdo no apunta a redefinir o modificar el modelo económico imperante que genera estos episodios contaminantes, no solo en Chile sino también en el mundo, solo buscan que los medios de producción del gran capital sigan operando a la espera de que respeten la “ley” mientras continúan con sus prácticas avasalladoras sobre la naturaleza y las comunidades.
Mientras el gobierno de Boric se llena de simbolismos firmando un acuerdo que busca reducir la crisis medio ambiental a un trámite burocrático, el gran empresariado industrial sigue operando en las zonas de sacrificio de Quintero, Puchuncaví, Antofagasta, Mejillones entre otros. Lo mismo ocurre en las costas del sur plagadas de salmoneras que no solo contaminan las costas y suelos marinos, sino que además sacan a la venta salmones cargados de antibióticos que afectan la salud de las personas.
Episodios como el de esta semana van a seguir ocurriendo, la pregunta es si Boric y su gobierno solo guardaran silencio, o reducirán el problema a la falta de supervisión e instituciones que supervisen al empresariado industrial y sus fábricas, como si la maquinaria del capital se pudiera concientizar.