Subcontrato, bajos sueldos, agobio laboral, estrés y amedrentamientos, estas son las condiciones laborales con las que deben lidiar las trabajadoras de la alimentación de la empresa Mediterránea en el Hospital de Antofagasta.
El 2018 se inauguró el nuevo Hospital Regional de Antofagasta, bajo el alero de mejor infraestructura, modernización, capacidad y comodidades para los usuarios, pero detrás de esa fachada entró el modelo de concesiones con el subcontrato, precarizando a un sector de trabajadoras altamente feminizado encargado de labores tan importantes como el aseo y la alimentación.
Previo a la entrada de las concesiones las trabajadoras de la alimentación y el aseo tenían los mismos derechos que cualquier trabajador clínico contratado por el servicio de salud, pero al llegar las empresas externas su situación laboral se precarizo aún más, bajando sus salarios bordeando el mínimo, no teniendo acceso a los bonos con los que se ven aumentado los sueldos, negandoles atención en salud de personal, limitando su organización sindical ya que no podrían ser parte de los gremios, separándolas de los demás trabajadores pasando a ser de segunda categoría.
Si bien frente a las precarias condiciones de trabajo, han habido sectores que han sacado la voz mediante huelgas y movilizaciones, como las trabajadoras del aseo y lavandería pertenecientes a la empresa Siglo XXI, estas condiciones no son ajenas a las que viven las trabajadoras de la alimentación de la empresa Mediterranea, condiciones que han estado bajo la alfombra de la empresa.
Agobio laboral, estrés y enfermedades de tanto trabajar
Las trabajadoras de la alimentación deben atender a cientos de pacientes que llegan al hospital, siendo aproximadamente 13 dietéticas en el turno dia y solo 2 en el turno noche para preparar el desayuno de todos los pacientes, sin tiempo ni para sentarse ni descansar, siendo el único momento el horario de la colación. El agobio laboral está a la orden del día, muchas teniendo que cubrir más áreas por las licencias de compañeras que ya están estresadas de tanto trabajo, por enfermedad o sus vacaciones, a la empresa no le interesa las condiciones en las que deban trabajar, solo que saquen la alimentación. Ahora la empresa quiere implementar revisar las mochilas y cosas personales de las trabajadoras por las “pérdidas” de la empresa, añadiendo más estrés en su trabajo.
Extensas jornadas laborales sobre las 12 horas
La jornada excepcional de 2 turnos de trabajo y 2 de descanso solo generan más cansancio y estrés, no solo porque debían ir dos días, sino porque en muchas ocasiones deben quedarse más tiempo después de su jornada para poder terminar el trabajo, entrando a las 7 de la mañana y saliendo pasada las 8 de la noche. Sin tener asegurado ni un transporte para sus hogares después de los largos turnos.
Si sacas la voz, te amedrentan
Las jefaturas y la empresa misma se encargan de amedrentar a las trabajadoras que reclaman mejores condiciones, que se niegan a hacer más trabajo que el correspondido, con hostigamientos, persecuciones incluso hasta situaciones de bullying se han vivido dentro de mediterranea, generando problemas de salud mental en las trabajadoras que son afectadas. Situaciones que deben resolverse en las cuatro paredes de la misma empresa que ataca a las trabajadoras, mientras la dirección del hospital ante estas situaciones hace la vista gorda porque son conflictos “entre privados”, mostrando la verdadera cara del subcontrato.
Subcontrato y sueldos que apenas alcanzan para vivir
El subcontrato tiene rostro de mujer, son millones las trabajadoras contratadas bajo esta modalidad, especialmente de sectores de servicios, no pudiendo acceder a los mismos beneficios de los trabajadores de planta, muchas sin organizaciones sindicales ni gremiales, separadas del resto siendo de segunda categoría para los empresarios, ganando sueldos que apenas alcanzan para mantener una familia, donde muchas son jefas de hogar teniendo que hacer horas extras para llevar un plato de comida a sus hijos.
Esta es la verdadera cara de la precarización que viven millones de trabajadoras y trabajadores bajo el modelo de privatización que se instauró en la dictadura y que se han mantenido y profundizado por más de 30 años, con gobiernos de la derecha y la concertación. Por ello es necesario sacar a la luz estas situaciones, ya basta que las empresas escondan en sus cuatro paredes las miserables condiciones de trabajo, la organización en cada lugar de trabajo se vuelve fundamental, levantando sindicatos como lo hicieron en Estados Unidos los trabajadores de Amazon, para enfrentar a los empresarios y la vida de miseria que nos quieren imponer, para pelear por mejores condiciones laborales y de la vida.