El gobierno de Enrique Peña Nieto se burló de los que perdieron todo en los sismos de septiembre en Ixtaltepec, Oaxaca. En un acto de verdadero cinismo se distribuyeron tarjetas para reconstrucción que no tenían fondos.
Entregadas por el Gobierno de la República, a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), las tarjetas con las que supuestamente los damnificados por los sismos de septiembre podrían comprar materiales para iniciar la reparación de sus viviendas no tienen fondos.
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Así lo denuncian distintos testimonios recuperados por corresponsalías de El Universal y Televisa News publicados desde este jueves. María Luisa Ríos y Luis Vicente Guzmán, damnificados de Ixtaltepec, son quienes decidieron alzar la voz para denunciar la falta de fondos en las tarjetas y atestiguan cómo el personal del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) y de Sedatu han intentado retirarles las tarjetas, toda vez que aseguran que, pese a la evidente devastación en sus hogares, el recurso se les había entregado "por equivocación". Esto después de que las tarjetas fueran rechazadas de los establecimientos a los que habían acudido para comenzar a comprar material.
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Las tarjetas les fueron entregadas "ya activadas", una con fondos para "mano de obra" y una segunda con recursos "para material" en la que, a pagos, les depositarían la suma total de 120 mil pesos mexicanos (unos 6000 dólares) anunciados por el Fondo de Desastres Naturales (Fonden). A Maria Luisa, de 70 años de edad, los encargados de una tienda le dijeron que "su tarjeta no tenía fondos" porque estos "ya habían sido gastados", para evitar que su casa colapsara ha tenido que endeudarse por su cuenta.
La familia Guzmán no se encuentra en mejor situación, pues desde el sismo han tenido que dormir debajo de lonas dado que su casa sufrió afectaciones tan graves que tuvo que ser derrumbada.
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Cerca de 5 mil personas resultaron afectadas por el sismo que azotó Oaxaca el pasado 7 de septiembre. Sin hogar, viviendo desde entonces en patios, bajo lonas, la desgracia de la población significa para los poderosos negocios millonarios en donde los únicos beneficiados serán los bancos y las constructoras.
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